Las imágenes de los edificios en llamas en el centro de Atenas han dado la vuelta al mundo como símbolo de las recientes jornadas de huelga y manifestación en el país heleno. Sin embargo, pocos medios se han hecho eco de otra forma de protesta, que constituye a la vez una necesidad organizativa surgida de las circunstancias: nos referimos a las empresas en control obrero.
Entre los ejemplos que más ha trascendido está el de Eleftherotypia [libertad de prensa], uno de los principales periódicos helenos, de tendencia izquierdista y surgido en los años 70 al calor de las protestas contra el régimen de los Coroneles. Sin haber recibido sus sueldos desde agosto del año pasado, los más de 800 trabajadores del diario –desde periodistas a empleados de la limpieza- se pusieron en huelga indefinida el 22 de diciembre. En el curso de las movilizaciones, en enero, la asamblea de trabajadores se planteó la posibilidad de comenzar a sacar su propio periódico aprovechando el acceso a los medios de la empresa. El primer número del Eleftherotypia de los Trabajadores salió a los quioscos el 15 de febrero. De momento, gracias a los ingresos de las ventas y a las aportaciones solidarias, a los empleados les ha resultado posible mantener la caja de resistencia y encaminar al medio hacia la autogestión. Según señala Moisis Litsis, uno de los redactores, en una entrevista realizada por Diagonal, también los trabajadores de la televisión ALTER y del semanal El Mundo del Inversor se encuentran en huelga indefinida, autogestionando la información suministrada desde sus empresas.
En otros ámbitos también se están dando experiencias parecidas. En Kilkis, una pequeña ciudad del norte de Grecia, el Hospital General permanece ocupado por sus trabajadores desde inicios de febrero. Todas las tareas relacionadas con la administración del centro dependen únicamente de la asamblea general. En un comunicado, los trabajadores han apuntado que los problemas a los que en la actualidad se enfrenta el Sistema Nacional de Salud griego no se pueden subsanar con reformas parciales. También afirman no eximir al Gobierno de sus obligaciones financieras para con ellos, pero señalan que en el caso de que éstas no sean satisfechas, se dirigirán a la comunidad para buscar apoyo.
Como expresión de solidaridad con los empleados del hospital de Kilkis, la rama de sanidad de la USI-AIT ha emitido un comunicado. “Frente a la barbarie real del capitalismo”, señala, “no hay otra solución que la autogestión de los medios de producción y de la sociedad.”